Esta casa de campo de una foodstylist es un paraíso hecho a medida: las claves de la decoración

Marta Muñoz-Calero, una fotógrafa y estilista de gastronomía, decidió construir su hogar ideal en el pantano de San Juan, inspirada por la funcionalidad y el estilo racionalista. Esta aventura comenzó hace cuatro años, cuando encontraron una parcela con vistas panorámicas impresionantes y se embarcaron en el proyecto de construcción.

La arquitecta a cargo del diseño fue Paula Rosales, del estudio More &Co Arquitectura Biosaludable. Ella propuso una casa colgante, hecha de hormigón y cristal, que consiste en un doble cubo con dos frentes transparentes que realzan las fabulosas vistas del lugar.

### La casa cuenta con objetos de aquí y de allá

Marta diseñó personalmente el pequeño jardín de la entrada, mientras que el resto del terreno se mantiene en estado salvaje, con pinos, piedras, jaras y enebros. Además, cuenta con una huerta de plantas aromáticas y un arce japonés. Este paraíso, a solo una hora de Madrid, les permite disfrutar de paseos por las playas del pantano en invierno, excursiones por los pueblos cercanos y actividades al aire libre.

Con piezas de diseño de tiendas madrileñas como La Europea, Federica & Co, Pere Capdevila o El Teatro de los Sueños, Marta ha decorado los diferentes espacios abiertos de la planta superior de la casa. El comedor, la sala, la zona de trabajo y la cocina comparten un espacio diáfano, inundado de luz natural y con vistas impresionantes al pantano.

### Equilibrio entre practicidad y diseño

La cocina, con un diseño vertical y un generoso cristal frontal, está separada del resto por un muro pero permite visualizar la actividad de quien la habita. La decoración de la casa se caracteriza por la sencillez, con piezas industriales seleccionadas personalmente por Marta para crear un ambiente cómodo y acogedor.

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Destacan en la decoración elementos originales que aportan un toque personal, como un carrito de fábrica convertido en mueble bar, una chimenea coronada por espejos antiguos y huesos de kudú, y estanterías metálicas que exhiben trofeos de caza y cámaras antiguas.

En la zona de trabajo, Marta guarda sus libros de cocina junto a polaroids familiares y velas de Acqua di Parma. Cocinar es su pasión, y disfruta de experimentar con recetas, tomar fotografías para su portfolio y relajarse en la terraza con una copa de vino mientras trabaja.

Mientras su esposo se dedica a la carpintería en el garaje, su hijo Pablo se une a las labores de bricolaje o a la recolección de níscalos en el bosque. Esta casa en el pantano de San Juan es el refugio perfecto para esta familia, donde pueden disfrutar de la naturaleza y compartir momentos inolvidables juntos.

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