La familia real danesa ha sorprendido a los habitantes de Madrid con una visita discreta pero llena de momentos familiares. Federico y Mary de Dinamarca, junto con sus hijos, han sido vistos paseando por la Milla de Oro, alejados de compromisos oficiales, en una estampa que resalta su cercanía y unión familiar.
Un paseo por la Milla de Oro
La pareja real, acompañada por sus cuatro hijos, se hospedó en el exclusivo hotel Santo Mauro y se dejó ver en un tranquilo paseo por la calle Marqués de Riscal, una de las zonas más lujosas de la capital española. Acompañados por su equipo de seguridad, recorrieron este lugar conocido por sus tiendas de lujo, generando especulaciones sobre si estaban realizando compras navideñas.
La familia se mostró relajada y cercana, destacando la actitud de Mary de Dinamarca al abrazar a una de sus hijas mientras disfrutaban del ambiente festivo de la ciudad y compartían momentos de complicidad.

Este viaje privado no pasó desapercibido, especialmente debido al contexto que rodea la visita. Madrid ya había sido escenario de una polémica protagonizada por Federico en el pasado, lo que añade una nueva dimensión a este viaje en familia. En esta ocasión, la armonía y el espíritu festivo han reforzado la imagen de unidad que Mary y el rey de Dinamarca priorizan.
Posibles encuentros reales
A pesar de la naturaleza privada del viaje, no se descarta que Federico y Mary hayan aprovechado la ocasión para reunirse con Felipe VI y la reina Letizia, dado el fuerte vínculo que une a ambas parejas. Aunque no hay confirmación de una reunión oficial, las dos familias siempre han demostrado su cercanía, tanto en actos públicos como en gestos privados que han trascendido.

El contexto de esta visita también recuerda el delicado momento vivido por Federico el año pasado, cuando unas imágenes suyas en Madrid junto a Genoveva Casanova desataron rumores de crisis matrimonial. Sin embargo, desde entonces, los reyes de Dinamarca han trabajado arduamente para proyectar una imagen de unión y solidez, y este paseo en familia parece ser una prueba más de ese compromiso mutuo.

Este viaje, aunque breve, refleja cómo han sabido transformar Madrid, el lugar de esta controvertida polémica, en un espacio para fortalecer lazos familiares. La capital, con su encanto único durante la Navidad, ha sido el escenario perfecto. Las luces, los escaparates decorados y el ambiente festivo parecen haber brindado a la familia real danesa un espacio ideal para compartir momentos lejos de la formalidad de su agenda oficial.