Coco Chanel solía decir que las mejores cosas de la vida son gratis, y las segundas mejores son muy caras. En 1928, adquirió la tierra donde construiría la villa La Pausa, una de sus casas únicas diseñada y decorada por ella misma. Ahora, en 2015, Maison Chanel compró la propiedad y la restauró para mantener viva la esencia de Coco Chanel y transmitir los valores de la marca.
La historia detrás de La Pausa
En la década de 1920, Coco Chanel visitaba la Riviera Francesa con el segundo duque de Westminster, considerado el hombre más rico de Europa. Fue él quien construyó la villa para ella como muestra de amor. La Pausa, terminada en 1930, refleja la arquitectura de Aubazine, donde Chanel pasó su juventud. El nombre de la villa proviene de la leyenda de María Magdalena, quien se detuvo en la región tras la crucifixión de Cristo.
La decoración de La Pausa era sencilla y moderna, pero a la vez elegante, atrayendo a personalidades destacadas del mundo de la moda, el arte y la cultura. La villa se convirtió en un punto de encuentro para artistas y escritores como Jean Cocteau, Paul Iribe, Serge Lifar, Pierre Reverdy y Salvador Dalí.
El legado de Coco Chanel en La Pausa
Tras la muerte del duque de Westminster, Chanel vendió La Pausa a Emery Reves, un escritor y editor americano. La villa siguió siendo un lugar de encuentro para personalidades como Winston Churchill, Greta Garbo y Jackie Onassis. En 2007, el jardín de La Pausa inspiró la creación del perfume del mismo nombre dentro de la colección Les Exclusifs de Chanel. La fragancia combina mimosas e iris, reflejando la esencia del jardín de la villa.
La Pausa es un refugio de paz y elegancia que ha mantenido viva la memoria de Coco Chanel y su legado en la moda y la cultura. Es un lugar lleno de historia y encanto que sigue inspirando a generaciones posteriores.