La costumbre de tocarse la cara de forma repetitiva puede ser más que un simple hábito. En psicología, se conoce como dermatilomanía, un trastorno obsesivo compulsivo que afecta a entre el 1 y el 9 % de la población, siendo el 75 % de los afectados mujeres. Este trastorno, que suele comenzar en la infancia o juventud, se caracteriza por la necesidad de rascar, pellizcar, apretar o frotar la piel de forma reiterada, lo que puede provocar daños e infecciones en la piel.
## Consecuencias de tocarse la cara constantemente: Impacto físico y posibles trastornos psicológicos
El impacto físico de la dermatilomanía puede ser considerable, causando heridas, infecciones, hiperpigmentación y cicatrices en la piel. Además, el trastorno puede afectar la autoestima y la salud emocional de la persona afectada. La Dra. Laura Cubells, dermatóloga, destaca la importancia de un diagnóstico adecuado y un tratamiento multidisciplinar que combine la dermatología y la psicoterapia para abordar tanto las lesiones cutáneas como el problema subyacente.
## Escucha activa
Un enfoque terapéutico multidisciplinar es fundamental para tratar la dermatilomanía. La Dra. Arantxa Arana, dermatóloga, señala que la persona afectada puede experimentar sentimientos de tensión y ansiedad antes de rascar o pellizcar la piel, buscando una sensación de alivio momentáneo. La psicoterapia cognitivo conductual y la terapia de reversión de hábitos han demostrado ser efectivas para ayudar al paciente a encontrar otras formas de regular sus emociones.
## Tratamiento multidisciplinar
El tratamiento de la dermatilomanía requiere un enfoque multidisciplinar que combine la dermatología y la psicoterapia. La Dra. Cubells destaca la importancia de tratar las lesiones cutáneas para romper el círculo vicioso y mejorar las cicatrices, al mismo tiempo que se aborda el problema subyacente con psicoterapia. Por su parte, Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen de psicología y psiquiatría, enfatiza la importancia de trabajar la toma de conciencia emocional y desarrollar estrategias para controlar los impulsos de rascarse la piel.
En resumen, la dermatilomanía es un trastorno que afecta a un porcentaje significativo de la población y puede tener graves consecuencias físicas y psicológicas. Un enfoque terapéutico multidisciplinar que combine la dermatología y la psicoterapia es fundamental para tratar este trastorno de forma efectiva y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.