El Estudio Mengíbar Blanco, liderado por los talentosos arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, se encargó de la renovación de un piso en Barcelona, ubicado en un edificio regio de 1920 en el Ensanche. Con una superficie de 170 m2, este espacio presenta una distribución circular que permite la entrada de luz natural en distintos momentos del día.
Los propietarios confiaron en el estudio para devolverle al piso su encanto clásico, pero con un toque moderno. La esencia clásica se había perdido, las instalaciones necesitaban actualizarse tecnológicamente y el objetivo era lograr un diseño atemporal.
La Transformación del Espacio
Los arquitectos fueron desafiados a combinar la estética con la funcionalidad, manteniendo la integridad de los espacios al añadir nuevas instalaciones. El uso del color blanco como hilo conductor del diseño interior y la decoración aumenta la luminosidad de las habitaciones con techos altos y molduras, creando un ambiente elegante y acogedor.
En este lienzo blanco, las piezas de mobiliario diseñadas a medida por el estudio se complementan con muebles antiguos y piezas únicas de los propietarios. Los textiles de lino aportan calidez y suavidad, resaltando la predominancia del blanco en cortinas, tapizados, manteles y ropa de cama.
El Salón: Elegancia y Amplitud
En el salón, los techos altos, la boisserie y la chimenea antigua se fusionan armoniosamente con los muebles diseñados por el estudio y las obras de arte adquiridas en anticuarios locales. La combinación de piezas exclusivas y mobiliario a medida crea un ambiente sofisticado y acogedor, donde cada detalle brilla con luz propia.
La Cocina: Elegancia y Funcionalidad
La cocina, bañada en luz natural, presenta un suelo de mármol en damero blanco y negro que se complementa con los frentes de cocina lacados en blanco y las superficies de trabajo revestidas en mármol blanco. Los detalles en níquel y la iluminación cuidadosamente seleccionada crean un ambiente elegante y funcional.
El Dormitorio y el Baño: Equilibrio y Calidez
En el dormitorio principal, el blanco es el protagonista, pero se equilibra con textiles suaves en tonos neutros para evitar que el ambiente se sienta frío. Las cortinas de lino y las texturas acogedoras añaden profundidad visual y confort, creando un espacio relajante y acogedor.
En el baño, el mueble de lavabo diseñado a medida por el estudio y la grifería de calidad agregan un toque de elegancia y funcionalidad al espacio, creando un ambiente armonioso y acogedor.
En resumen, la reforma de este piso en Barcelona es un ejemplo de cómo el diseño interior puede combinar la elegancia clásica con la funcionalidad moderna, creando un espacio atemporal y acogedor que refleja la personalidad y el estilo de sus propietarios.